El complejo de castración en la niña tiene varios puntos en común con el del niño. El primero es que la niña también parte de la premisa de que todo el mundo tiene un pene. Así mismo, la madre ocupa un papel muy importante para ella, es el centro de su amor. Sin embargo, el proceso sigue un camino diferente.
Veamos las diferencias, en términos de cada uno de los momentos:
Premisa inicial. Se mantiene la premisa de que todo el mundo tiene un pene. La niña asume que el clítoris es un pene.
Descubrimiento de la diferencia. La niña nota que su clítoris es muy pequeño para ser un pene. Asume entonces que ella fue castrada y desearía que esto no hubiese ocurrido.
Tercer tiempo. La niña descubre que la madre tampoco tiene pene y la culpa tanto de no poseerlo, como de haberle transmitido esa falta a ella.
La resolución del complejo de castración en la niña puede tomar tres caminos diferentes. El primero de ellos es la aceptación de que no tiene un pene y una toma de distancia frente a la sexualidad. La segunda es el mantenimiento del deseo por tener un pene. Es la negación de la castración y lleva a la homosexualidad.
La tercera salida es una solución más completa del complejo de castración. La niña acepta que no tiene pene. Esto lleva a que la madre deje de ser el centro de sus afectos y estos se reorienten hacia el padre. Así mismo, se produce un desplazamiento de la libido: el deseo de poseer un pene se convierte en deseo de gozar de un pene durante el coito. Finalmente, ese deseo de gozar de un pene se transforma en deseo de procrear un hijo.
FUENTE:
https://lamenteesmaravillosa.com/complejo-de-castracion-segun-psicoanalisis/
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